MUJERES HACEN ARTE


jueves, 23 de septiembre de 2010

57 POR CIENTO DE LOS COMEDORES COMUNITARIOS EN BOGOTÁ, ESTÁN IMPLEMENTANDO MEJORAS PARA OBTENER AVAL DE SALUD PÚBLICA

Defender los comedores comunitarios, es defender la alimentación como un derecho

En las últimas semanas han salido varios artículos sobre los comedores comunitarios por los medios de comunicación, pero por la forma en que maneja la información, uno pensaría que mas que comunicar, apuntan a desprestigiar una política distrital que desde un principio ha tenido enemigos por el simple hecho de salirse de la lógica del mercado y reconocer la alimentación como un derecho fundamental.

Si bien hay varios temas a mejorar en el ejercicio de garantizar este derecho fundamental, no hay que ser ingenuos al reconocer el contexto político en que se dan esas notas periodísticas. La puja electoral por la alcaldía de Bogotá.

No es gratuito que los más interesados en darle una interpretación a los resultados de los interventores y personería sean los partidos de oposición a la gestión del Alcalde y su política de “Bogotá bien alimentada” como es el caso del partido verde, Movimiento Mira, libarles, conservadores y partido de la U.

Seamos claros, esas interpretación que se convierten en titulares de prensa como “57 por ciento de los comedores comunitarios en Bogotá, no tienen aval de salud pública” o "comedores comunitarios perdiendo el año", no es el ejercicio del Bogotano del común ejerciendo control ciudadano como debería de ser, sino el ejercicio pre electoral de quienes pretender suceder al PDA en la alcandía, desprestigiando uno de los programas banderas a nivel mundial, para más tarde poder desmontarlos sin mayor resistencia.

Lo que no comentan esos titulares de prensa es que hay un esfuerzo mancomunado entre el Distrito y las comunidades organizadas que asumiendo la figura de “operadores” para garantizar este derecho apegados a las exigencias de los anexos técnicos, la vigilancia de la interventora (6 visitas el mes), los órganos de control y el cumplimiento de todas las normas como es el decreto 3075 de 1997 sobre Buenas Practica de Manufactura. No dicen que las mismas leyes estipulan un tiempo prudente para la adecuación de los establecimientos según concepto de salud pública, y que por ende el 57 por ciento de los comedores están implementando, en los tiempos estipulados por la ley, las mejoras necesarias para ajustarse a las normas y obtener el aval de salud pública

¿Por qué el titular no es diferente?, ¿Por qué no dicen? “57 por ciento de los comedores comunitarios en Bogotá, están implementando mejoras para obtener aval de salud pública y garantizar el derecho a la alimentación.”.

COMEDORES COMUNITARIOS, MÁS QUE COMIDA, ES UNA POLÍTICA DE SEGURIDAD ALIMENTARIA.

La política de seguridad alimentaria ha roto el paradigma de entender la pobreza y del hambre solo en términos de exclusión, lo cual implica creer que se trata de unos sectores marginados que deben ser integrados al segmento de la economía que sí funciona bien.

Los ataque hacia los comedores comunitarios durante el último mes, en donde los aspectos mínimos por mejorar y que se están mejorando, los hacen ver como una gran calamidad, tienen una solo explicación, golpear la política pública de seguridad alimentaria.

En el debate público sobre las condiciones en que están operado algunos comedores comunitarios, es claro que nadie se opone que las mejoras se implementen, incluso son los mismos operadores los que más han luchado para que este derecho a la alimentación se garantice en condiciones dignas, por una sencilla razón, los operadores hacen parte de la comunidad, son la comunidad organizada.

Frente a lo que hay que alzar la voz de protesta es a la manipulación de la información por parte de los medios y las fuerzas políticas tras ellos, que están haciendo campaña por la alcaldía de Bogotá, a costa de golpear un proyecto ejemplo a nivel mundial por construir una política de seguridad alimentaria.

La defensa no es solo por la comunidad organizada que asume la figura de operadores, ni solo por una ración diaria de almuerzo, sino por la defensa de una política de seguridad alimentaria que no podemos permitir que se desmonte.

El llamado es a defender el conjunto de estrategias orientadas a garantizar el derecho a la alimentación de todos los bogotanos y bogotanas mediante el diseño, implementación e institucionalización de la Política de Seguridad Alimentaria y Nutricional para Bogotá

Estamos hablando de la defensa de los Comedores Comunitarios, la Alimentación Escolar, la Alimentación a niños de 0-5 años, adultos mayores y madres lactantes y gestantes, la Alimentación población vulnerable (Jóvenes, habitantes de la calle y familias desplazadas.), el Bonos de alimentos y los Mercados campesinos.

Estamos hablando de la defensa del componente de inclusión social, el fuerte de esta política, en donde la comunidad viene entendiendo que el fenómeno del hambre obedece a una serie de factores sociales, institucionales y económicos, que conducen a la existencia de personas en estado de inseguridad alimentaria. Ahora se entiende que algunos de estos factores son: las iniquidades en la distribución de los recursos productivos entre los habitantes, el uso ineficiente de los suelos, la ausencia de una política de seguridad y soberanía alimentarias, el sesgo anti-rural de la política económica, entre otros. Es a través de la inclusión social que practica los comedores comunitarios que la comunidad viene entendiendo que el problema del derecho a la alimentación sólo puede ser solucionado con unos esfuerzos coordinados de varias instituciones en distintos frentes, es decir, con una verdadera políticas de seguridad alimentaria que parta de reconocer el derecho a la alimentación como un problema no resuelto. ¿Sera que esto le incomoda a alguien?

miércoles, 22 de septiembre de 2010

INVITACION COMOSOC

miércoles, 15 de septiembre de 2010

SEXA: Cuento de Luis Fernando Verissimo

SEXA: Cuento de Luis Fernando Verissimo


SEXA
Radialistas.net



–Papá...
–¿Hummm?
–¿Cómo el es femenino de sexo?
–¿Qué?
–El femenino de sexo.
–No tiene.
–¿Sexo no tiene femenino?
–No.
–¿Sólo hay sexo masculino?
–Sí. Es decir, no. Existen dos sexos. Masculino y femenino.
–¿Y cómo es el femenino de sexo?
–No tiene femenino. Sexo es siempre masculino.
–Pero vos mismo dijiste que hay sexo masculino y femenino.
–El sexo puede ser masculino o femenino. La palabra "sexo" es masculina. El sexo masculino, el sexo femenino.
–¿No debería ser "la sexa"?
–No.
–¿Por qué no?
–¡Porque no! Disculpá. Porque no. "Sexo" es siempre masculino.
–¿El sexo de la mujer es masculino?
–Sí. ¡No! El sexo de la mujer es femenino.
–Y ¿cómo es el femenino?
–Sexo también. Igual al del hombre.
–¿El sexo de la mujer es igual al del hombre?
–Sí. Es decir... Mirá. Hay sexo masculino y sexo femenino, ¿no es cierto?
–Sí.
–Son dos cosas diferentes.
–Entonces, ¿cómo es el femenino de sexo?
–Es igual al masculino.
–Pero, ¿no son diferentes?
–No. O, ¡sí! Pero la palabra es la misma. Cambia el sexo, pero no cambia la palabra.
–Pero entonces no cambia el sexo. Es siempre masculino.
–La palabra es masculina.
–No. "La palabra" es femenino. Si fuese masculino sería "el pal..."
–¡Basta! Andá a jugar.
El muchacho sale y la madre entra. El padre comenta:
–Tenemos que vigilar al pendejo...
–¿Por qué?
–Sólo piensa en gramática.

Luis Fernando Verissimo Nació en Brasil en 1938, es escritor y periodista.

jueves, 2 de septiembre de 2010

ELOGIO A LA MUJER BRAVA

Por Héctor Abad
Estas nuevas mujeres, si uno logra amarrar y poner bajo control al burro machista que llevamos dentro, son las mejores parejas.

A los hombres machistas, que somos como el 96 por ciento de la población masculina,nos molestan las mujeres de carácter áspero, duro, decidido. Tenemos palabras denigrantes para designarlas: arpías, brujas, viejas, traumadas, solteronas, amargadas, marimachas, etc. En realidad, les tenemos miedo y no vemos la hora de hacerles pagar muy caro su desafío al poder masculino que hasta hace poco habíamos detentado sin cuestionamientos. A esos machistas incorregibles que somos, machistas ancestrales por cultura y por herencia, nos molestan instintivamente esas fieras que en vez de someterse a nuestra voluntad, atacan y se defienden.


La hembra con la que soñamos, un sueño moldeado por siglos de prepotencia y por genes de bestias (todavía infrahumanos), consiste en una pareja joven y mansa, dulce y sumisa, siempre con una sonrisa de condescendencia en la boca. Una mujer bonita que no discuta, que sea simpática y diga frases amables, que jamás reclame, que abra la boca solamente para ser correcta, elogiar nuestros actos y celebrarnos bobadas. Que use las manos para la caricia, para tener la casa impecable, hacer buenos platos, servir bien los tragos y acomodar las flores en floreros. Este ideal, que las revistas de moda nos confirman, puede identificarse con una especie de modelito de las que salen por televisión, al final de los noticieros, siempre a un milímetro de quedar en bola, con curvas increíbles (te mandan besos y abrazos, aunque no te conozcan), siempre a tu entera disposición, en apariencia como si nos dijeran "no más usted me avisa y yo le abro las piernas", siempre como dispuestas a un vertiginoso desahogo de líquidos seminales, entre gritos ridículos del hombre (no de ellas, que requieren más tiempo y se quedan a medias).


A los machistas jóvenes y viejos nos ponen en jaque estas nuevas mujeres, las mujeres de verdad, las que no se someten y protestan y por eso seguimos soñando, más bien, con jovencitas perfectas que lo den fácil y no pongan problema. Porque estas mujeres nuevas exigen, piden, dan, se meten, regañan, contradicen, hablan y sólo se desnudan si les da la gana. Estas mujeres nuevas no se dejan dar órdenes, ni podemos dejarlas plantadas, o tiradas, o arrinconadas, en silencio y de ser posible en roles subordinados y en puestos subalternos. Las mujeres nuevas estudian más, saben más, tienen más disciplina, más iniciativa y quizá por eso mismo les queda más difícil conseguir pareja, pues todos los machistas les tememos.


Pero estas nuevas mujeres, si uno logra amarrar y poner bajo control al burro machista que llevamos dentro, son las mejores parejas. Ni siquiera tenemos que mantenerlas, pues ellas no lo permitirían porque saben que ese fue siempre el origen de nuestro dominio. Ellas ya no se dejan mantener, que es otra manera de comprarlas, porque saben que ahí -y en la fuerza bruta- ha radicado el poder de nosotros los machos durante milenios. Si las llegamos a conocer, si logramos soportar que nos corrijan, que nos refuten las ideas, nos señalen los errores que no queremos ver y nos desinflen la vanidad a punta de alfileres, nos daremos cuenta de que esa nueva paridad es agradable, porque vuelve posible una relación entre iguales, en la que nadie manda ni es mandado. Como trabajan tanto como nosotros (o más) entonces ellas también se declaran hartas por la noche y de mal humor, y lo más grave, sin ganas de cocinar. Al principio nos dará rabia, ya no las veremos tan buenas y abnegadas como nuestras santas madres, pero son mejores, precisamente porque son menos santas (las santas santifican) y tienen todo el derecho de no serlo.
Envejecen, como nosotros, y ya no tienen piel ni senos de veinteañeras (mirémonos el pecho también nosotros y los pies, las mejillas, los poquísimos pelos), las hormonas les dan ciclos de euforia y mal genio, pero son sabias para vivir y para amar y si alguna vez en la vida se necesita un consejo sensato (se necesita siempre, a diario), o una estrategia útil en el trabajo, o una maniobra acertada para ser más felices, ellas te lo darán, no las peladitas de piel y tetas perfectas, aunque estas sean la delicia con la que soñamos, un sueño que cuando se realiza ya ni sabemos qué hacer con todo eso.


Los varones machistas, somos animalitos todavía y es inútil pedir que dejemos de mirar a las muchachitas perfectas.. Los ojos se nos van tras ellas, tras las curvas, porque llevamos por dentro un programa tozudo que hacia allá nos impulsa, como autómatas. Pero si logramos usar también esa herencia reciente, el córtex cerebral, si somos más sensatos y racionales, si nos volvemos más humanos y menos primitivos, nos daremos cuenta de que esas mujeres nuevas, esas mujeres bravas que exigen, trabajan, producen, joden y protestan, son las más desafiantes y por eso mismo las más estimulantes, las más entretenidas, las únicas con quienes se puede establecer una relación duradera, porque está basada en algo más que en abracitos y besos, o en coitos precipitados seguidos de tristeza. Esas mujeres nos dan ideas, amistad, pasiones y curiosidad por lo que vale la pena, sed de vida larga y de conocimiento.  


¡Vamos hombres, por esas mujeres bravas! 


Oro por que mis 2 hijas sean de éste maravilloso grupo y encuentren hombres que sepan apreciar a esta clase de nuevas mujeres !!!